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Año Santo Jacobeo

por Constanza Carmona
Año Santo Jacobeo 1

Hablar de las profundas raíces de una historia que permanece viva a lo largo de más de 1.000 años en apenas unas líneas es complicado. Este año se celebra Año Santo Jacobeo. Celebración establecida por el papa Calixto II en 1122, para los años en que el día de Santiago -25 de Julio- coincide con domingo. Y la Puerta Santa permanecerá abierta para que miles de peregrinos, como desde hace siglos, sigan los distintos caminos hasta llegar a la meta, Santiago de Compostela, y ganen el Jubileo. Y es que la ciudad compostelana se convirtió en una más importantes de Europa desde la Edad Media y tiene el privilegio de ser una de las tres ciudades santas de la cristiandad junto a Roma y Jerusalén. Como lugar de culto cristiano, nos ha dejado un espléndido legado artístico y cultural, donde la fe se hizo arte. Razones que le valieron en 1985 ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Año Santo Jacobeo 2

Compostela significa “Campus Stellae” o campo de estrellas. Empecemos hablando del apóstol Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo. Fue el evangelizador de España. Conocida es la aparición en Zaragoza de la Virgen María, sobre un pilar de piedra, para reconfortarle cuando su ánimo decaía ante el poco éxito de su misión. Daría lugar a la advocación de la Virgen del Pilar. De vuelta a Palestina, fue decapitado por Herodes Agripa en el año 44 d.C.  siendo el primero de los apóstoles mártir. Su cuerpo, traído por sus discípulos a las costas del “finis terrae”, en Iria Flavia, sería descubierto milagrosamente en el siglo IX bajo una lluvia de estrellas. Sobre su tumba se construirá la catedral actual, despertando el interés de toda la cristiandad.

Recordemos algo la historia para mejor contextualizar. Tras la invasión de la Península por los musulmanes en el año 711, se inició la Reconquista, esto es, la recuperación de la España perdida, la cristiana. Un proyecto de nación, que nació en Asturias y se extendería por toda la península y que duró nada menos que 8 siglos.  La milagrosa aparición de los restos del apóstol no hizo sino aumentar el entusiasmo de aquellos que no aceptaron la islamización y la combatieron. Nación que desde Recaredo en el III Concilio de Toledo -589-, se interpretaba y afirmaba católica.

Santiago se convertiría en Patrón de España pues encarnaba la unidad religiosa de la tierra que él cristianizó, intercediendo como protector en defensa de la fe, de sus valores universales y sus principios eternos. Su imagen, montado en un caballo blanco y blandiendo la espada en la mítica Batalla de Clavijo -844- contra el caudillo musulmán Abderramán II, ha servido de inspiración a numerosos artistas a lo largo de los siglos.

Desde la aparición de su sepulcro, miles de peregrinos desde toda Europa vendrían a nuestras tierras desde remotos lugares. Su número, incluso en nuestros días, no ha dejado de crecer de año en año. En 1987 el Consejo de Europa distinguió al Camino de Santiago como PRIMER ITINERARIO CULTURAL EUROPEO y la UNESCO en 1993 declaró PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD la ruta que va desde los Pirineos hasta Galicia -el conocido como Camino Francés-. Reconocimiento ampliado en 2015 a los llamados “Caminos de Santiago del Norte de la Península”. Los Caminos pusieron en contacto a los pueblos de Europa y, al ser una de las vías de comunicación más importantes del continente, crearon y fomentaron el espíritu europeo. Quien se echa a andar por las viejas sendas del Camino de Santiago, hunde sus raíces en la historia: no es un trayecto cualquiera

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Fotografía: Itto Ogami

Y la fe se hizo arte. Desde el románico, pasando por el gótico, plateresco, renacimiento y barroco, los caminos se llenaron de obras bellísimas que nacieron para dar servicio alperegrino: hospitales y hospederías, monasterios, iglesias, colegiatas, puentes, fuentes y todo tipo de estructuras. Cuidado para el cuerpo y cuidado para el alma. Caminos que, convertidos en espina dorsal de los reinos de la Península, hicieron posible el crecimiento de ciudades y el intercambio de ideas estéticas y nos unirían al resto de Europa. Una fe en la que participaban todas las clases sociales comprometidas en mantener viva la herencia cristiana y confirma las profundas raíces cristianas del continente.  Desde Roncesvalles, cada parada merecerá nuestra atención.

Antes de emprender la marcha, como en la vida, lo primero, tener clara la meta y poner los medios para llegar: elegir la ruta y poco equipaje. Cuanto menos peso, más ligero el caminar. Dejar todo lo superfluo de este mundo que nos asfixia. A partir de ese momento, seguir la senda, y contemplar la asombrosa belleza de la naturaleza y del arte, con largos silencios que invitan a pensar y buscar respuestas. Caminos con dificultades, que con abnegación, esfuerzo y perseverancia serán superados. Los alojamientos sobrios de renuncia y sacrificio, los encuentros llenos de generosidad y compañerismo, las esperanzas y aspiraciones compartidas, lágrimas y alegrías… no impedirán que perdamos el ánimo y sigamos la ruta, poco a poco, en pos de una única meta:  Santiago de Compostela.

Ya desde el Monte del Gozo percibimos la tan deseada imagen de la meta en el horizonte.

Asentada sobre una necrópolis dolménica y un castro celta, además de restos romanos, el plato fuerte de Santiago de Compostela se ubica en la Plaza del Obradoiro, verdadero mascarón de proa de la ciudad. La forman la grandiosa catedral, el antiguo hospital fundado por los Reyes Católicos para la atención de peregrinos, el Colegio de San Jerónimo hoy rectorado de la universidad y el palacio arzobispal y el Palacio Rajoy. Llamada así por la prolongada presencia de los talleres de canteros -obradoiros en gallego- que se afanaron durante casi 100 años en la construcción de este gran telón barroco del templo románico medieval. Con esta fachada se culminó, en 1750, la estampa más icónica de la catedral: su espectacular fachada del Obradoiro, como si de un fondo escenográfico se tratara, aquella que hace llorar a los peregrinos cuando por primera vez la ven tras largas jornadas de camino.

La ciudad toda gira alrededor de la CATEDRAL, edificio comenzado en 1075, sobre otros anteriores levantados por Alfonso II El Casto, primer peregrino según la tradición, y por Alfonso III.  Las ruinas que dejó la devastación del caudillo andalusí Almanzor en el año 997 llevaron a Alfonso VI a levantar la actual catedral románica.

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La ciudad toda gira alrededor de la CATEDRAL, edificio comenzado en 1075, sobre otros anteriores levantados por Alfonso II El Casto, primer peregrino según la tradición, y por Alfonso III.  Las ruinas que dejó la devastación del caudillo andalusí Almanzor en el año 997 llevaron a Alfonso VI a levantar la actual catedral románica.

La ceremonia de consagración de 1211, en presencia Alfonso IX de León, culminaría con la colocación de las 12 cruces colocadas en su perímetro interior, evocando las 12 puertas de la Jerusalén Celeste, que ostentan el sol y la luna, el Alfa y la Omega, símbolos de Dios como principio y fin de todo lo creado. La vinculación de los monarcas con el lugar santo fue tal que algunos quisieron ser allí enterrados.

A lo largo de los siglos se irían añadiendo claustros, torres, capillas, púlpitos y retablos que nos dejan “leer” la extraordinaria historia compostelana. A Santiago vendrían los mejores artistas de cada momento y los diferentes monarcas se afanaron en engrandecer el grandioso marco para la veneración del apóstol. Recorrer con calma su planta, concebida para favorecer el flujo incesante de peregrinos, es un regalo para la vista y descanso para el espíritu.

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Fotografía: Diego Delso

Merece la pena destacar algunas especialmente: Las torres del Reloj o “Berenguela” y la originalísima del Tesoro; el claustro de Gil de Hontañón en tiempos del humanista arzobispo

Alonso Fonseca; el imponente altar mayor, extraordinaria obra barroca inspirada en el baldaquino que Bernini diseñara en el Vaticano, donde se cobija la imagen del santo titular al que los peregrinos abrazan con fervor. Bajo el altar se encuentra la tumba del apóstol, el lugar de más recogimiento de Galicia. Y no podemos olvidar el botafumeiro, uno de los símbolos de la catedral, anclado en la cúpula a 32 metros de altura. Este enorme incensario, mencionado ya en el famoso manuscrito del siglo XII “Códice Calixtino”, era utilizado para purificar el aire de una catedral en la que se apiñaban las multitudes. Hoy, 800 años después, sigue maravillando a los presentes cuando ocho ‘tiraboleiros’, lo bombean tirando con fuerza y precisión y alcanza una velocidad de 68 kilómetros por hora, describiendo un arco de 65 metros a lo largo del transepto.

Pero, dejamos para el final casi lo mejor, pues hay que destacar el papel pionero de la catedral compostelana, como la primera iglesia románica europea en presentar escultura monumental en el exterior. Se trata de sus portadas: la Puerta Sur o de las Platerías, románica del XI, donde se representa la promesa de la Redención, a través del relato del Nacimiento y Pasión de Jesucristo y, por fin, la obra cumbre de la escultura románica europea, el Pórtico de la Gloria, en sus orígenes visible desde el exterior.

En ella se les mostraba a los peregrinos la meta del camino, la Puerta del Cielo, la antesala de la Jerusalén Celeste que alcanzarían tras el Juicio Final. Esculpida por el Maestro Mateo entre 1168 y 1188 por encargo del rey Fernando II de León, increíblemente restaurada su policromía recientemente, he merecido el premio Europa Nostra. La expresividad de los personajes representados, que charlan y se relacionan animadamente entre sí, es absolutamente novedosa.

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Eclipsadas por la magnificencia de la Catedral, la milenaria ciudad de Compostela atesora obras arquitectónicas imponentes pensadas para mejor atención a los peregrinos: dar cura, cobijo y manutención. Pasear por su casco histórico es tener la sensación de que el tiempo se ha detenido. Piedras vivas donde plazas humildes pero bellísimas, casonas blasonadas, soportales empedrados, iglesias y conventos monumentales rezuman historias, leyendas y sensaciones; sonidos de agua y de campanas mezclados con olor a musgo y humedad nos descubrirán la belleza que el ser humano es capaz de crear.

Les invitamos a ver el vídeo que ADIPROPE ha preparado para unirse a esta conmemoración.

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